La compleja realidad que estamos viviendo, en estos últimos tiempos, deben de ser estimulo para la reflexión!
La antilogía de esta era: los niveles preocupantes de cambios climáticos y los desastres naturales que han sucedido y siguen sucediendo, como consecuencia de estos. La posibilidad del colapso de la economía mundial. La reaparición de políticas e ideologías, que pertenecían a historias repudiables del pasado (racismo, discriminación, nazismo, etc…). Las palabras escritas hace muchos años, por médium, clarividentes y astrónomos, que describen casi con exactitud, sucesos actuales de nuestros tiempos. Las apariciones y manifestaciones religiosas descritas como señales que anuncian el final de nuestros tiempos… y junto con todo esto, la aparición del Coronavirus, ha hecho, que en un instante, la población mundial (indiferentemente del color de la piel, raza, nacionalidad y del estatus social y económico que se pueda tener) pase a ocupar el puesto de aquel, al que no se le permitía cruzar la frontera; aquel que escapaba de aquello que teme, en la obscuridad de la noche; de aquel, que sin alguna intención culposa consciente trasmitía una enfermedad, de aquel que murió por no poder ser atendido o por la decisión que tomo otro…
En un mundo que se ha basado casi exclusivamente en el consumismo y la capacidad de producir dinero; donde la mayor parte de las personas viven para trabajar, trascurriendo muchas, de las 24 horas del día fuera de casa en la búsqueda de bienestar y lujo económico o para poder solo sobrevivir; persiguiendo algo, que no sabe muy bien que es!… y dándole valor al tiempo, según la capacidad de obtener algo que pueda interesarle o por una retribución de cualquier tipo o económica; participando en una carrera, sin detenerse, donde delegamos a otros, la educación y muchas veces la vida de nuestros hijos.
Un mundo donde muchos han sustituido las relaciones interpersonales, la comunicación y el modo de socializar, hecho de contactos reales (besos, abrazos, caricias… ) por una virtualidad irreal, que nos regala una falsa ilusión de cercanía, de contacto… el Coronavirus ha llegado para quitarnos a todos la posibilidad real de estos contactos! …manteniéndonos a distancia nos hace sentir la frialdad de lo que significa la ausencia de estos gestos, que hemos dado tantas veces por sentado!
Conscientes pero, que vivimos en una época donde parece que el egoísmo y la superficialidad forman parte de nuestra forma de vida; donde la falta de unión, respeto y de amor por el prójimo tiene cabida en nuestros corazones… en donde lo que cuenta es pensar en uno mismo, en participar y ganar en el concurso social del ego y la vanidad, poniéndonos siempre en muestra y sobretodo, en un tiempo donde hemos demostrado el querer ser Dios en la tierra, poseedores de verdades absolutas… este virus ha llegado para enseñarnos algo…
…Y sin lugar a dudas la primera cosa que nos esta enseñando, es que no somos eternos y que lo que parece ciencia ficción y surreal, puede suceder!… pero con el habernos forzado a detenernos, a estar en casa, nos ha vuelto de nuevo a enseñar a ser familia, a estar unidos a nuestros padres, hermanos e hijos o a convivir con nosotros mismos. Pero día a día, nos esta mostrando también la importancia del significado que existe en las palabras: «ayudar al prójimo», » trabajar por vocación», «pertenecer a una comunidad», palabras todas que pueden definirse como la responsabilidad hacia o compartida con otra u otras personas… y la responsabilidad de otro u otros hacia cada uno de nosotros.
Hoy mas que nunca debemos tener claro, que de nuestras acciones dependen los que nos rodean y viceversa…
Las victimas de esta pandemia son el precio que estamos pagando, por esta pausa de reflexión en nuestras vidas… pero podemos darle un giro positivo a este desastre, que beneficie no solo a nosotros, sino a la humanidad… tenemos dos alternativas: seguir buscando culpables o respuestas del porque ha sucedido… o en vez, podemos aprender mucho de todo esto.
Hay que detenerse a pensar que el universo nos devuelve siempre lo que damos y consigue colocar todo aquello que viene alterado en equilibrio y armonía… quizás con todo esto, nos esta solo manifestando que la humanidad debe de cambiar y esforzarse por conservar este planeta y vivir respetando la vida de cada ser viviente, conscientes que el mundo no nos pertenece solo a los seres humanos…
… Y si al final, cuando todo esto termine, lograremos un cambio positivo en la mentalidad y en las acciones que ejecuterá la humanidad, podremos solo decir: Gracias Virus… ¡a pesar del precio que hemos pagado!
Athena